En los últimos años, una "fiebre de la tierra" ha privado a muchos pequeños productores en el sur de sus tierras de cultivo. Desde el año 2000, se han registrado más de 1.600 transacciones de tierras que involucran a unos 60 millones de hectáreas.
Más de una reacción oportunista de los inversores que tratan de
aprovechar el creciente valor de la tierra y los recursos agrícolas
desde la crisis alimentaria de 2007-2008, la actual ola de acaparamiento
de tierras refleja la aceleración de un proceso por el cual grandes
empresas, con la ayuda de los gobiernos, que buscan controlar todas las
etapas del sistema alimentario y agrícola, a menudo a expensas de los
pequeños agricultores. Esto no sólo es injusto, sino también contra-productivo en términos de alimentos en todo el mundo. Por tanto, debemos participar en modos alternativos de inversión agrícola que beneficien a la gente. Las pequeñas fincas son más productivas que las grandes.
El campo Reformado
Autor: Clément Antonin Crucifix
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